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Un articulo de un diario militar.
Disfutenlo...
Palabras del Suboficial Mayor y Veterano de Guera, Daniel Horacio Marchi.
"Tengo el orgullo de haber integrado el grupo de combate perteneciente a la unidad mas condecorada de Aviacion de Ejercito"-dice pausadamente el Suboficial Mayor y Veterano de Guerra Daniel Horacio Marchi, Encargado de la Jefatura de la Agrupacion de Ejercito de Aviacion 601, con base en Campo de Mayo. Su foja de servicios detalla que Marchi egreso de la entonces Escuela General Lemos en diciembre de 1976, y en 1977, fue destinado a la Compañia de Helicopteros de Asalto 601. La guerra del Atlantico Sur lo encontro con el grado de Sargento Mecanico de Vuelo a bordo del helicoptero Chinook CH47-C, matricula AE 520, cuyo piloto era el Capitan Da Costa Silva, y el copiloto, el Capitan Pedro Angel Obregon, contando como tripulante con el Cabo Primero Mecanico Alfredo Romero. La citada maquina pertenecia a la Compañia de Asalto "A" del Batallon de Aviacion de Combate 601, cuyo jefe era el Teniente Primero Enrique Argentino Magnaghi. "Cruzamos con dos Chinook a Malvinas l 18 de abril"-expresa Marchi y continua con su relato-. "Nuestro aparato, de gran porte, transportaba carga, municiones, tropas, desplazaba Unimogs y cañones de 105 mm a las posiciones requeridas. Pero todo cambio dramaticamente el 1º de mayo, al iniciarse los ataques ingleses. Despues la mañana del 21 de mayo en Monte Kent, resultamos sorprendidos por un duro ataque por parte de los aparatos britanicos que, con pasadas rasantes y el nutrido fuego de sus cañones Aden de 30 mm, dejaron como saldo un Bell UH 1H (el EA 418) y un Chinook destruido (no el yo tripulaba). Nos arrojamos al suelo, mientras las rafagas de balas pasaban sobre nuestras cabezas, en aquella situacion limite que nos toco vivir. En otra ocasion, el 12 de junio, mientras cargabamos el Chinook, fuimos atacados con fuego de morteros. Recuerdo como temblaba el suelo de turba, ante los proyectiles que caian peligrosamente sobre nosotros. Al rememorar esos dias de misiones y combates, tengo en claro que eramos como una familia. Todos poniamos el hombro en pos de la meta comun. Teniamos a nuestro cargo a 15
soldados conscriptos, que cumplian funciones de apoyo de vuelo, cargaban combustible, estilaban las cargas que debiamos transportar y tambien eran artilleros, si la ocasion lo requeria, entre otras tareas. ¡Con que ganas peleaban esos pibes! Desde aqui les rindo homenaje al coraje y la entrega que demostraron. Entre ellos, estaban el Soldado Conscripto Antonio Emilio Falcon, que posteriormente escribiria "Angeles sobre la turba", un trabajo excelente y pormenorizado sobre aquellos asperos dias de batalla. Nueve UH-1H, cinco "Pumas", dos Chinook y tres A-109 Augusta llegaron a Malvinas y ninguno regreso al
continente. Varios fueron destruidos y otros resultaron capturados por el adversario ingles. Tuvimos tres bajas, que nos golpearon duro (los Tenientes Fiorito y Buschiazzo y el Sargento Di Motta). Nuestras tripulaciones y sus maquinas de combate surcaron una y otra vez los cielos de Malvinas cumpliendo las misiones asignadas, sin aflojar, pese a las condiciones desventajosas del teatro de batalla, y, cuando los motores se silenciaron y las palas de nuestros helicopteros quedaron inmoviles, se habian ganado el merecido reposo del guerrero, que ha sabido cumplir hasta el final con su cometido. La batalla nos fue adversa, es cierto, pero los que peleamos en aquellas jornadas sentimos que no hay derrota, ni de la justa causa de nuestra soberania ni tampoco, y mucho menos, de nuestro animo. Porque, mientras cualquiera de nuestras maquinas se encuentre en accion, los cielos que patrullan y defienden seguiran siendo argentinos".
FUENTE: Revista Soldados (Publico Militar)
Les dejo un par de imagenes relacionadas al tema.
Chinook CH-47
Augusta A-109
Huey UH-1H
AS 330 Puma
Unimog
Cañon 105 mm
Sargento Mario "el perro" Cisneros
Teniente Estevez
Comandos de la Compañia Comando 601
Y una poesia que hice.
De otro orgulloso caído
Nos recordaban,
Firmes saludando.
En sus recuerdos,
Nuestras almas invocando.
Nos recordaban por hazañas,
Alegrías o tristezas.
Saben que luchando en el campo,
Nunca hubo perezas.
Las ametralladoras, calientes,
Nunca se apagaban.
Y los enemigos veían,
Que las balas 7,62 los derribaban.
En el campo de batalla,
Nuestras vidas pusimos en juego.
Defendíamos la patria,
Solamente con nuestro fuego.
Por nuestras vidas, ellos rezaron.
Solo que algunos regresaron.
Nosotros los que nos quedamos,
Con orgullo nuestras vidas ofrendamos.
Josué Correa
Diciembre de 2008 INICIO
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